ANARQUISMO HOY*

Michael Albert

En vez de asistir a la Conferencia Anarquista Norteamericana (NAAC), se me preguntó:

¿Qué piensa del anarquismo como ideología y movimiento actual y potencial? Bien, pienso que si el anarquismo fuera un ecosistema, sería un bosque tropical- amplio, ancho y profundo, un organismo plurifacético. Una breve respuesta no tocará muchas de las facetas del anarquismo evidentemente, pero quizá pueda investigar un poco las claves del asunto.

Enfoque Anarquista

Para mí, la práctica anarquista busca la liberación y desacredita la estrategia que reproduce los contornos de un pasado opresivo. Rechaza el gobierno que subordina la mayoría de la sociedad a las élites en posiciones de poder. Esta es la importante herencia de Kropotkin, Bakunin, Goldman y Berkerman. Su anarquismo significa eliminar la jerarquía autoritaria e injusta.

Pero, ¿qué ocurre con el anarquismo hoy?

Bueno, depende. Si "anarquismo hoy " es como el viejo anarquismo y es principalmente una práctica anti-autoritaria, entonces pienso que el anarquismo actual está bien para tomar partido por aquellos más oprimidos por el autoritarismo, lo mismo que el feminismo hoy es bueno para tomar partido por aquellos más oprimidos por el sexismo. Pero si un activista social dice que toda su actitud proviene de conceptos anti-sexistas, aunque yo estaría a favor de su trabajo y lo apoyaría, también lo consideraría estrecho en relación a la totalidad de la agenda que encaramos.

Se me ha dicho, sin embargo, que en vez de ser centralmente anti-autoritario, como en los viejos tiempos, hoy en día ser anarquista implica tener una arraigada orientación de género, cultural, económica y política, cada aspecto equivalente y también aclarador sobre el resto. Esto es nuevo en mi experiencia del anarquismo, y es útil recalcar que muchos anarquistas hace tan sólo una década, o incluso más recientemente, hubieran dicho que el anarquismo se dirige a todo, sí, pero a través de un enfoque anti-autoritario bastante más que a través de elevar otros conceptos en su propio derecho. Pensaban, tanto implícita como explícitamente, que un análisis desde un poderoso ángulo anti-autoritario podría explicar el núcleo familiar mejor que un análisis basado en conceptos de género Se equivocaron y es bueno oír que mucho anarquistas modernos lo saben.

¿Visión anarquista?

Hay mucho que celebrar a lo ancho y largo del anarquismo, claro, pero también debemos superar errores persistentes, y pienso que un primer error para vencer es que el anarquismo carece de visión.

Los anarquistas enseñan correctamente que la opresión descansa no sólo en una vigorosa defensa de la ventaja de los de arriba, sino también en convencer a los ciudadanos de abajo de que no es posible un orden social más liberador. Las élites imponen desesperanza en el resto de nosotros, esto es, como una sordina en nuestro activismo y resistencia. Por qué, entonces, me pregunto, ¿los anarquistas se han mostrado tan silenciosos sobre la visión política?

No esperaría que el anarquismo produjera desde dentro una convincente visión de la futura religión, identificación étnica, o comunidad cultural, o de familia, sexualidad, producción o socialización. O de producción, consumo o distribución. Pero considerando los logros, implementación, y protección contra el abuso de agendas políticas comunitarias, me parece que el anarquismo debería situarse donde está la acción, y de hecho, tiene la responsabilidad de situarse donde está la acción. Sin embargo, ¿ha habido algún intento anarquista serio de explicar cómo lo que llamamos disputas sociales deberían ser resueltas? ¿Cómo debería ocurrir la adjudicación legal? ¿Cómo se deberían alcanzar las leyes y la coordinación política? ¿Cómo deberían ser manejados las violaciones y desórdenes? E incluso, ¿cómo deberían ser positivamente implementados los programas compartidos? En otras palabras, ¿cuál es la alternativa institucional anarquista a las actuales legislaturas, cortes, policía, y diversas agencias ejecutivas? ¿Qué instituciones buscan los anarquistas, que favorecieran la solidaridad, equidad, autosuficiencia participativa, diversidad y todos aquellos valores autoafirmadores y liberadores que apoyamos, a la vez que se llevan a cabo la funciones políticas necesarias? Me pregunto porqué después de un siglo de oponerse a las relaciones políticas autoritarias y de explorar esos asuntos, el anarquismo no ofrece clara y ampliamente una extensa y consumada visión política. ¿Cuánto tiempo hace falta hasta que nos demos cuenta que un amplio número de ciudadanos de sociedades desarrolladas no van a arriesgar lo que tienen, por muy poco que sea en algunos casos, para perseguir un objetivo del que no tienen ninguna idea clara? ¿Cuántas veces nos tienen que preguntar a favor de qué estamos, antes de que les demos algunas respuestas serias?; ¿Por qué el anarquismo no ha alcanzado el punto donde sus defensores puedan decir que sí, que nosotros nos oponemos al estado actual y sus implicaciones y jerarquías autoritarias –y aquí están los valores políticos no autoritarios y las instituciones que nosotros proponemos?

Ofrecer una visión política que abarque legislación, implementación, adjudicación y cumplimiento de la ley, que muestre cómo cada una de esas funciones debería llevarse a cabo de un modo no autoritario que promoviera los valores que defendemos, no sólo proveería a nuestros activistas contemporáneos de valores y esperanza a largo plazo tan necesitados, sino que también iluminaría nuestras respuestas inmediatas a los actuales sistemas electorales, legales, ejecutivos y judiciales y todas nuestras elecciones estratégicas. Así que ¿no debería la comunidad anarquista estar generando esas visiones políticas? Así lo pienso yo, y así sigo buscándolas, esperando con entusiasmo que estén próximas.

Algunas prácticas anarquistas cuestionables.

Finalmente, considerando los movimientos actuales y el anarquismo, tengo otra amplia gama de preocupaciones que tienen que ver con la práctica personal. Me preocupan ciertas formulaciones y estilos extraños que siguen infiltrándose en los que se describen como anarquistas, pero que espero tengan poco apoyo en la comunidad anarquista más amplia. Se me ocurre, por ejemplo, la opinión de que la tecnología es en si misma un enemigo de la justicia y la libertad. O que todas las instituciones por su propia naturaleza violan la libertad humana. O la opinión de que tener alguna relación con las estructuras políticas o sociales actuales es una señal automática de hipocresía o de alguna intención veleidosa. O que las reformas son por su propia naturaleza partidarias del sistema y por lo tanto, deben evitarse a toda costa y castigar a aquellos que las persigan.

Esas extrañas concepciones, que se denominan a sí mismas anarquistas pero que realmente no lo son, no llegan al corazón del asunto de la actual injusticia social contemporánea, como presumen sus defensores, sino que en vez de eso, saltan de valoraciones y prescripciones útiles hacia la auto-destrucción y el sectarismo. Confunden las relaciones sociales de injusticia con las intuiciones físicas, químicas y biológicas que se encarnan en instrumentos que son usados, lo admito, muy frecuentemente para malos fines –o incluso lo confunden con la misma idea de instrumentos. Confunden el hecho necesario de que la humanidad trabaje conjuntamente en estructuras permanentes con papeles duraderos, lo que quiere decir en instituciones, con el tipo concreto de instituciones, que son realmente horribles, a las que muy a menudo nos vemos ligados, –corporaciones, jerarquías políticas, etc. Confunden intentar mejorar conscientemente la vida de la gente que sufre, en contextos difíciles que imponen diversos compromisos a nuestras opciones, con el error de que el sufrimiento que padece la gente se debe a las instituciones alrededor nuestro. Lo que significa que confunden reforma con reformismo, y confunden ser un revolucionario con ser alguien que a priori rechaza ganar mejoras hoy, incluso si las mejoras no sólo contribuyen a mejorar la vida de la gente, sino también a conseguir más logros para el futuro.

Igualmente, estoy preocupado por algunas manifestaciones que a veces veo de un énfasis en el estilo de vida que exagera la importancia y eficacia de elecciones personales de consumo, viendo a menudo las preferencias personales de uno mismo (en comida, música, entretenimientos, cine, cultura, lectura) como superiores, mientras que severamente se desprecian las elecciones personales de otros como inferiores, al mismo tiempo que se es inconsciente al hecho de que distinta gente hace frente a diferentes limitaciones y contextos que delimitan la lógica de sus opciones.. Y estoy particularmente preocupado por los comportamientos que denigran a diversos grupos diferentes del tuyo propio, que intentan encontrar compromisos positivos y entretenimientos en la vida, como los que son religiosos o los que practican o disfrutan los deportes, o los que ven TV, como si hacer esas cosas indicara de algún modo que es una persona que no vale nada o que en todo caso merece desprecio.. Estos tipos de manifestaciones sectarias de lo que se podría pensar que son preferencias y actitudes en el estilo de vida bastante raras, son muy importantes cuando se vuelven homogéneas a los miembros de los movimientos y por lo tanto llegan a caracterizar la ideología o movimiento en pleno, sobre todo porque afectan a la calidad de nuestro comportamiento, cómo nos relacionamos con otros, de qué parece que estamos a favor o en contra, o incluso nuestras capacidades para la felicidad y la empatía positiva.

Por lo tanto, finalmente, para responder a la pregunta de qué pienso del anarquismo cómo ideología y movimiento actual y potencial, diría que si el anarquismo realmente ha reconocido la necesidad de conceptos y práctica basados en la cultura, en el género, además de en la política, y que si el anarquismo puede apoyar visiones que surgen desde dimensiones no gubernamentales a la vez que provee él mismo de una visión política seria e integradora, y que si la comunidad anarquista puede evitar o al menos minimizar el sectarismo en su estilo de vida, además de las extrañas confusiones entre la mala tecnología y la tecnología per se, gobiernos autoritarios y estructuras políticas per se, instituciones opresivas e instituciones per se, y buscar conseguir reformas contra ser reformistas- entonces pienso que el anarquismo tiene mucho que ofrecer como fuente de inspiración y sabiduría para los movimientos, en el esfuerzo por hacer de nuestro mundo un lugar mucho mejor.


* Origen: Z Net. Traducido por Jimena Puertas y revisado por Alfred Sola, diciembre de 2000.